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De qué manera el evangelio transforma nuestros temores (Parte 1)



DE QUÉ MANERA EL EVANGELIO TRANSFORMA NUESTROS TEMORES (Parte 1)


CCB Staff: Esta publicación es la primera de una serie de tres partes de cómo ayudar a las personas que podrían luchar con el temor y la preocupación que es alimentado por lo que ellos escuchan en las noticias diarias. Jeff Forrey ofrece consejo sugerido basado en 1 de Pedro. En esta primera parte, él da una visión general de la relevancia de 1 de Pedro en el tema del temor y luego aplica el primer principio para enfrentar el temor en la situación de “Roberto”.


El internet ha inundado el mundo con información, aunque esto ha expandido el entendimiento que las personas tienen del mundo más allá de sus comunidades, también les ha provisto de ola tras ola de historias temerosas. Veinticuatro horas al día, siete días a la semana, la gente puede ser expuesta a las maneras en que el pecado desgarra el mundo de Dios. Consecuentemente, de una manera sin precedentes, los cristianos están siendo tentados con el temor y la preocupación. Por ejemplo:

  • Los padres pueden estar ansiosos acerca de las implicaciones de las recientes políticas de los baños transgénero en las escuelas.

  • Los votantes preocupados pueden estar asustados acerca de la adecuación de cualquiera de los candidatos para las próximas elecciones.

  • Los viajeros pueden estar intranquilos cuando ven a gente del medio-este descender o abordar el avión.

  • Los inversionistas podrían encogerse de incertidumbre a medida que los medios de noticias les dicen que el valor de sus inversiones está cayendo dramáticamente debido a factores que están fuera de su control.


Ayudando al temeroso con 1 de Pedro

Si usted ve esta clase de temor entre las personas de su congregación, ¿cómo puede ayudarles a procesar esta experiencia bíblicamente? Una posibilidad es usar 1 de Pedro. Esta carta es valiosa para abordar el temor, porque fue escrita a creyentes que quizás se tuvieron que trasladar a los bordes exteriores del imperio Romano debido a la persecución durante el reino de Nerón. Temor, confusión e incertidumbre pudieron ser experiencias diarias para estas personas. En su carta, Pedro menciona estas ocasiones en que el temor quizás sobrecojió a sus lectores:

  • Esclavos cristianos teniendo que responder a amos duros (2:18–22)

  • Esposas cristianas teniendo que responder a esposos que “no creen a la palabra” (3:1–6)

  • Ciudadanos cristianos teniendo que responder a vecinos paganos que les “ultrajan” por no unirse a ellos en su “desenfreno de disolución”   (4:1–4; ver también 2:11–12)

¿Cómo debían ellos entender la relación entre Dios y sus temerosas pruebas? La carta de Pedro deletrea una respuesta a esta pregunta para ambos, los creyentes del primer siglo y para nosotros los creyentes del siglo veintiuno.


Primera de Pedro ofrece maneras sorprendentes para entender situaciones de temor.


Nuestras emociones tienen propósitos dados por Dios, y aun así están sujetas a corrupción por nuestra pecaminosidad. El temor es la emoción que nos motiva para garantizar nuestra seguridad cuando somos enfrentados con una amenaza percibida o asumida. Ignorarlo sería necedad, hablando generalmente. Así, “El prudente ve el mal y se esconde, más los simples siguen adelante y son castigados” (Prov. 22:3). Porque el temor es natural, nuestra meta al ministrar a las personas temerosas no es necesariamente eliminar todos sus temores, sino ayudarles a entender las circunstancias amenazantes de maneras nuevas. Cuando los cristianos ven las situaciones difíciles en el contexto de la misericordia y llamado de Dios, pueden alcanzar conclusiones sorprendentes. Si somos exitosos en ayudar a la gente temerosa con este proceso, ellos descubrirán que algunos de sus temores se desvanecen, pero aun los temores que permanecen no serán sobrecogedores y no los paralizará de honrar a Dios con sus vidas.


Si tomas el liderazgo de Pedro, entonces puedes ayudar a la gente temerosa al enfatizar la siguiente lección de su carta. Después de describir estas verdades, les ofreceré ilustraciones de cómo pueden ser usadas con diferentes personas.


Verdad #1: Nosotros tenemos una “esperanza viva” por la resurrección de Jesús.


“En su gran misericordia él [Dios] nos ha dado un nuevo nacimiento a una esperanza viva por la resurrección de Jesucristo de los muertos” (1 Pedro 1:3, Énfasis añadido). Aunque vivimos en un mundo caído—en el que el terrorismo, el robo, el robo de identidad, groserías, insensibilidad, decepción, etc.…son muy comunes— la resurrección de Jesús cambia la manera en que vemos y vivimos en el mundo. Como creyentes hemos experimentado un “nuevo nacimiento,” y con el nuevo nacimiento viene una “esperanza viva”—Una esperanza que es real, activa y vibrante, una esperanza que brota de la realidad de la resurrección triunfante de Jesús de entre los muertos.


La victoria de Jesús sobre la cruz significa que indudablemente va a haber un futuro bendecido para nosotros. La resurrección destroza la perspectiva pagana que genera reacciones de temor a amenazas actuales o potenciales. Con la perspectiva impía, no hay garantías reales, activas y vibrantes sobre el futuro. Por lo tanto desde esta perspectiva, escuchar, ver y leer los reportes de noticias acerca de terrorismo, brotes de enfermedades, y corrupción de gobierno sólo produce más incertidumbre y más desesperanza y eso a su vez, produce más temor.


La esperanza que tenemos en Jesús nos obliga a ver a tan temerosas pruebas de una manera diferente. Todas las promesas de Dios a su pueblo han confirmado ser reales y verdaderas porque Jesús resucitó. Si el peor enemigo (la muerte) ha sido derrotado, entonces todos los enemigos menores (fuegos, heridas, enfermedades, abusos, etc.) no deben ser rival para el Señor. Por supuesto, que esto no quiere decir que necesariamente estamos cubiertos de las escaramuzas de estas pruebas, pero si quiere decir, si es la voluntad de Dios, que podemos entrar en las escaramuzas con una expectativa confiada y ansiosa que cualquier sufrimiento que tengamos que soportar no va a durar; debe ser temporal, y debe conformarse a los propósitos de Dios. (Es casi como decirle a un niño que necesita vacunas que será sólo un pequeño pinchazo, pero que le va a guardar de enfermedad.)


Aplicando esta verdad en la vida de Roberto


Roberto leyó un reporte de noticias en línea que su compañía está envuelta en fraude corporativo. Ahora él está preocupado por pérdidas potenciales en su cartera de valores. Él está a diez años de un retiro deseado, y estas pérdidas pueden ser lo suficientemente significativas que él ya no está seguro de poderse retirar. Roberto puede ser recordado del énfasis de Pedro en nuestra esperanza viva. Esperanza, por su misma naturaleza, tiene que ver con la manera en que el prevé el futuro (cf. Romanos 8:24). Además, la esperanza en la Biblia está necesariamente ligada al plan soberano de Dios. Roberto quizás no sabe cómo va a proveer para sus necesidades futuras, pero puede estar seguro de que Dios está comprometido de tomar cuidado de estas necesidades, y que el compromiso ha sido asegurado por la resurrección de Jesucristo. (cf. 2 Corintios 1:20). Entonces, cuando Roberto piensa acerca de su futuro, y él nota que su mente comienza a correr con el pensamiento “¿y que si?”, tú puedes ayudarle a recuperar la perspectiva: “Roberto, ¿cómo podemos estar seguros de que Dios está por nosotros? ¿De qué manera el Señor nos ha mostrado que su misericordia y amor son reales?”


¡Roberto debe salir de la conversación con la confianza de que tenemos una esperanza viva en el Salvador resucitado!


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¿Qué otros pasajes usarías para aconsejar a Roberto? y ¿Cómo los usarías?

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