Piensa acerca de la conversación más reciente que tuviste con gente con problemas, ¿alguno de estos testimonios suenan como los de Sebastián y Tania?
Tania: “Realmente fue muy duro levantarme de la cama en la mañana, sólo quería esconderme bajo las cobijas y no hablar con nadie, no sentía muchas ganas de comer y perdí mucho peso, nada me parecía divertido, estaba cansada todo el tiempo, no había dormido bien en la noche aun, pero sabía que tenía que continuar porque tengo hijos y trabajo, simplemente lo sentía tan imposible como si nada fuera a cambiar o a mejorar”.
Sebastián: “Al principio me sentía triste todo el tiempo, aun cuando no tenía razón alguna para estarlo. Entonces la tristeza se convirtió en enojo y comencé a tener peleas con mi familia y amigos, me sentía muy mal conmigo mismo, como si no fuera lo suficientemente bueno para nadie, Estaba tan mal que deseaba ir a la cama y jamás levantarme.
Mi hermano mayor, a quien yo siempre admiré, vio que no estaba actuando como siempre solía hacerlo. Él me dijo directamente que parecía deprimido y que tenía que hablar con un doctor acerca de esto. Yo odio ir al doctor, pensé: “De ninguna manera iría por esto.”
Pero después de algunas semanas empecé a tener problemas en el trabajo también, algunas veces no lo mostraba porque no había podido dormir la noche anterior. Cuando me despidieron, sabía que tenía que escuchar a mi hermano y buscar ayuda.”
La definición de “Depresión” actualmente:
Por supuesto los testimonios de Tania y de Sebastián son un pequeño bosquejo de sus vidas y aunque haya algunas diferencias en sus experiencias, ambo tenían suficientes similitudes para etiquetarlas como “clínicamente depresivos” por el criterio usado en nuestros días, depresión clínica, así como lo uso es un término amplio que incorpora un par de diagnósticos más específicos usados por los profesionales de la salud mental.
De tal forma que estas etiquetas sean aplicadas a alguien, el estilo de vida de una persona necesita ser afectado significativamente por síntomas como los siguientes (De DSM-5):
Estado de ánimo deprimido la mayor parte del día, casi todo el día.
Marcada disminución de interés o placer en todo, o casi en todas las actividades del día.
Pérdida significativa de peso sin que esté haciendo dieta o aumento de peso, o aumento o disminución de apetito casi todo el día.
Insomnio (imposibilidad de poder dormir o dificultad para permanecer dormido) o hipersomnia (dormir más de lo habitual) casi todo el día.
Agitación psicomotora (por ejemplo imposibilidad de quedarse sentado, pasear, acomodar su ropa) o retardo (por ejemplo movimientos lentos y hablar pausado, hablar silenciosamente) casi todo el día.
Fatiga, cansancio o pérdida de energía casi todo el día.
Sentirse que no vale nada o culpa excesiva e inapropiada casi todo el día
Disminución o habilidad de pensar o concentrarte, indeciso, casi todo el día
Pensamientos recurrentes de muerte (no solo de miedo a morir) ideas recurrentes suicidas con o sin un plan específico o intentos de suicidio.
Sentimientos de falta de esperanza.
Los eventos depresivos pueden durar desde 2 semanas hasta algunos años con variaciones y grados de severidad. Por definición la presencia de estos síntomas no es debido a los efectos de alguna droga o condición médica (por ejemplo una glándula tiroides inactiva). La presencia de estos síntomas afectan negativamente las relaciones de las personas, las responsabilidades en el trabajo, etc.
Note que tan amplio es el rango en estos posibles síntomas, algunos criterios son síntomas físicos (cambios de apetito, cambios en patrones de sueño, cambios en niveles de energía) algunos son síntomas mentales (pensamientos de falta de valor, culpa inapropiada, indecisiones, pensamientos de muerte). El impacto de la depresión en las relaciones de la gente es también notable.
Debido a que la depresión clínica se identifica por la presencia de estos síntomas -y debido a que una serie de estos síntomas tienen que ver con la manera en que la gente piensa, o reacciona ante circunstancias adversas o se relaciona con otros- es importante que no perdamos una importante implicación lógica: Abordar el pensamiento pesimista, la culpa, los problemas relacionales, etc., en realidad sufren depresión. Esto es importante cuando pensamos en el cuidado pastoral (consejo bíblico) que puedes ofrecer a una persona deprimida.
Relación de Dios con las experiencias de la gente con depresión
Desde un punto de vista cristiano podríamos preguntarnos: ¿Dónde encaja una relación con Dios en un retrato de la depresión? Lo que llamamos “depresión” fue experimentado por numerosos personajes en la biblia, por ejemplo los siguientes versículos de Salmos 102 con el listado de criterios abajo mencionados:
Ana, Elías, Jeremías y muchas más personas mencionadas en las Escrituras podrían ser etiquetados como depresivos si son evaluadas por profesionales de la salud mental hoy en día. Sin embargo, contrariamente al punto de vista secular, en estos casos la relación del pueblo con Dios, su Señor, era su consideración primordial tanto para dar sentido a su estado deprimido como para buscar alivio de él.
Desde un punto de vista bíblico, todos los síntomas asociados con la depresión deben abordarse dentro del marco de la relación de una persona con Dios. Aunque la "espiritualidad" también se ha convertido recientemente en un punto de interés entre los psicólogos seculares en el tratamiento de la depresión (y otros problemas), su comprensión de ella no es útil para los cristianos. La definición secular de la espiritualidad simplemente llama la atención hacia el significado, el propósito o el deseo de estar en contacto con "lo divino", todo lo cual es determinado por la persona individual. En cambio, en la Biblia, la espiritualidad siempre tiene que ver con la relación de una persona con Dios, y esa relación afecta a todos los aspectos de la vida: cómo se relaciona con los demás, toma decisiones, piensa en el futuro, trata con la tristeza, el cuerpo, evaluar el significado y el propósito en la vida, se dirige a la culpabilidad, etc. (Obsérvese el paralelismo con los síntomas arriba mencionados). La espiritualidad no es un componente separado de la vida de un cristiano, pues energiza, moldea y dirige tu vida.
Por lo tanto, la centralidad de su relación con el Señor significa que necesita ayudar a la gente deprimida a pensar en todos los efectos de la depresión en sus vidas desde una perspectiva bíblica. Usted puede ser la persona que ayuda al individuo deprimido a procesar los aspectos mentales, relacionales, conductuales y físicos de la depresión desde una perspectiva Dios-céntrica (espiritual). Esa persona muy probablemente también recibirá ayuda de otros profesionales, pero ¡nunca asuma que la participación de otros profesionales disminuye la importancia de su papel! Realmente destaca su significado, especialmente si los otros no son cristianos. ¿Quién más puede ayudar al creyente deprimido a entender y responder a los muchos efectos diferentes de la depresión, de una manera bíblica?
ESCRITO POR: JEFF FORREY / TRADUCIDO POR: JESÚS MONSIVAIS
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