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COMO DESARROLLAR UNA PERSPECTIVA DE LO ETERNO




Vida Eterna, Perspectiva Eterna, Fe, Futuro, Esperanza


Si una perspectiva de lo eterno, solemos malinterpretar los detalles de nuestras vidas. Vemos a cualquier cosa que obstaculiza nuestra comodidad y conveniencia en el presente como una molestia o incluso un enemigo. Nos desalentamos por las oportunidades perdidas y frenéticamente clamamos por satisfacción relacional y física. Todos buscan la satisfacción de los anhelos infinitos de sus corazones por medio de la fuerza, exigencia y la manipulación en sus vidas. Malinterpretamos y rechazamos todo tipo de dificultades ya que, no tenemos una visión interna de la imagen eterna de Dios.


No obstante, tener una perspectiva eterna te reorienta. Tener una mirada puesta en la eternidad y en nuestro Eterno Dios produce paz, incluso gozo en el sufrimiento. Hay esperanza cuando nos entristecemos a causa de nuestro pecado, y gentileza cuando nos enfrentamos al pecado de otros contra nosotros. Existe contentamiento con el presente porque no demandamos perfección y satisfacción completa ahora. Sabemos que Dios no creó este mundo para satisfacernos en última instancia.


Viéndolo en lo Cotidiano


El Apóstol Pablo tenía una forma de ver la vida que le permitía interpretar sus circunstancias por medio de un lente de gran angular. Él era capaz de considerar sus sufrimientos extraordinarios como “ligeros y momentáneos”, y como lograr algo sumamente valioso (2 Corintios 4:16.17). Pablo vio sus aflicciones (múltiples golpizas, encarcelamientos, naufragios, persecuciones…etc.) como una preparación para algo que sería tan glorioso, maravilloso, y tan cautivador, que su dolor presente no atrapó su atención ni definió su identidad. Desarrollo su perspectiva al perfeccionar su visión espiritual: no miraba las cosas que se ven, sino las que no se ven (2 Corintios 4:28). Mientras se enfocaba en lo invisible, Pablo estaba afinando su capacidad de ver como Dios ve y de valorar lo que Dios valora.


Una perspectiva eterna es una manera de ver el dolor, el placer, y el propósito de nuestras vidas como parte de la historia redentora que Dios está orquestando. Es ver a través de la rutina diaria, los altibajos tumultuosos y las frecuentes adversidades como un parte del camino hacia el destino de la eternidad. Todos están destinados a la eternidad: algunos experimentará la vida eterna, y otros, la muerte eterna.


Nuestras Almas


Tienes un alma eternal que vivirá por siempre, ya sea en la presencia vivificadora de Dios o en una muerte consciente e interminable separado de Él. Aunque muchos buscan negar esta realidad (Romanos 1:18), Dios ha sellado bondadosamente en nuestras almas la verdad de Su existencia, Su ley perfecta, y nuestra responsabilidad a te Él (Romanos 1:20-21; Romanos 2:15-16). Sin embargo, este conocimiento solo conduce a un terrible destino a menos que abracemos el punto fundamental de la historia redentora de Dios.


Este punto fundamental es Su Hijo, Jesucristo, quien amor perfectamente a Dios y cumplió sin defecto alguno Su ley, pagando sacrificialmente la deuda que nuestro pecado y rebelión habían acumulado. Jesús se levantó de entre los muertos para destruir la muerta misma. Nuestro destino eterno cambia cuando nosotros desesperadamente nos aferramos solo a Jesús en arrepentimiento y fe. Solo aquellos que han cambiado su destino eterno saborearán los detalles de su futuro con Dios. Aquellos que saborean los detalles de su futuro con Dios podrán interpretar y responder correctamente a lo que pasa en sus vidas. Desarrollar una perspectiva eterna es esencial para afrontar con adoración nuestras responsabilidades actuales con esperanza y alegría.


Pablo en el Futuro


Por ejemplo, Pablo sabía que la resurrección de Jesús de entre los muertos significaba que un día él también sería levantado con el Señor Jesús (2 Corintios 4:14). Pablo confiaba en que Dios proveería un hogar eterno en los cielos en dónde la muerte, el dolor y el sufrimiento sería totalmente eliminados (2 Corintios 5:2). El anhelo de Pablo de estar en casa con el Señor cambió su perspectiva de sus circunstancias. Él vio que las dificultades y decepciones de su vida le estaban generando la capacidad de conocer y disfrutar a Dios para siempre. El autor Randy Alcorn lo expresa de la siguiente manera:


“"Los sufrimientos actuales deben verse a la luz de la promesa de felicidad eterna en Dios. Las balanzas no pueden equilibrarse en esta vida sola. No pasamos nuestros momentos cumbre en esta vida. Lo mejor está por venir. Las oportunidades perdidas serán reemplazadas por miles de oportunidades nuevas y mejores... No esperes a morir para creerlo. Creerlo ahora cambiará cómo piensas, cómo ves a las personas que te rodean y qué haces con tu tiempo y dinero, que en realidad son de Dios".[1]


A Pablo le encantaba contemplar a su Dios con los ojos de su corazón. Él vio tanta gloria y belleza mientras contemplo a Dios que todas las dificultades que soportó no sobrepasaron su visión (Romanos 8:18). Su sufrimiento no eclipsó a Dios.


Curiosamente, Pablo no negó su sufrimiento, al contrario. Incluso nos cuenta acerca de las veces cuando estaba completamente cargado más allá de sus fuerzas. Cuando desesperaba incluso por su propia vida, afligido de todas las maneras, perplejo, perseguido y quejumbroso (2 Corintios 1:8, 4:8-9, 5:2-4). Pero su sinceridad no se convirtió en una crítica a Dios porque veía al dolor como un ayudante por gracia que lo empujaba a valorar lo es eterno y perdura, Dios mismo.


Un Testigo Transformado


Desarrollamos una perspectiva eterna cuando apreciamos el carácter y las promesas de Dios. Saboreamos la realidad inquebrantable de que un día lo experimentaremos sin pecado ni tristeza por la eternidad. La gracia de Dios nos permite mirar a través del presente hacia el futuro. Nos permite mirar a través de las Escrituras para ver al Salvador que regresa, a través de los placeres para ver al Dador, y a través del sufrimiento para ver nuestro Gran Premio.


Asombrosamente, mientras apreciamos y saboreamos lo invisible, Dios nos transforma cada vez más a Su imagen (2 Corintios 3:18). El puritano Thomas Watson dice:


"Si amamos a Dios, difundiremos Sus excelencias, para que podamos elevar Su fama y estima, e inducir a otros a enamorarse de Él. El amor no puede permanecer en silencio; seremos como tantas trompetas, proclamando la gratuidad de la gracia de Dios, la trascendencia de Su amor y la gloria de Su reino. El amor es como el fuego: donde arde en el corazón, brotará en los labios". [2]


Al leer la Palabra de Dios y saborear nuestro futuro prometido con Él, las demandas del presente no nos controlarán. Dios nos da esperanza y alegría en el sufrimiento porque sabemos lo glorioso que será nuestro destino eterno.


Pregunta para Reflexionar


¿Cómo puedes trabajar para ver el dolor, el placer y el propósito de tu vida como parte de la historia redentora que Dios está orquestando?


Nota del Editor: Este blog fue publicado originalmente en el sitio web de Radical y ha

sido reproducido con permiso.


[1] Randy Alcorn, "C.S. Lewis on Heaven and the New Earth: God’s Eternal Remedy to

the Problem of Evil and Suffering" (Conferencia Nacional Desiring God de 2013).


[2] Thomas Watson, "All Things For Good" (Carlisle, PA: The Banner of Truth Trust),

86.

 

Andrea Lee

Andrea Lee sirve como consejera bíblica para mujeres en la Iglesia Northside en Roswell, Georgia. Tiene una Maestría en Consejería Bíblica de The Masters University. Andrea ha estado casada con su esposo, Darien, desde 2006.


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Traducido por: Dara Luna


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