Id y haced discípulos… enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días… (Mat. 28:20)
Agradezco a Dios por haberme puesto en una iglesia en la que se me enseñó a amar la Palabra, a derivar de ella mis decisiones y a predicarla ya que toda ella dirige a Cristo.
Sin embargo hace poco más de 4 años, ya como pastor, me encontré en una situación personal, que Dios usó, y en la cuál proveyó en mi vida una de las más grandes bendiciones que me ha dado, y es que mi mentor Luis Mendez, empezó con mi esposa y conmigo un proceso de consejería matrimonial, transformando totalmente la idea que yo tenía de lo que era la consejería bíblica.
En el formato en que fui formado los primeros años de mi caminar con Cristo, la consejería era una medida extrema para casos de extremo daño o necesidad. Si tu pedías consejo al pastor o ayuda, era porque ya de plano estabas muy mal y desesperado. Aún hoy, sé que es el formato en que muchos entienden la consejería, y por ejemplo, hay pastores amados y usados por Dios, que cuando alguien viene a pedir consejo o ayuda, los refieren a sermones pasados que dieron, o al del último domingo, y la instrucción básicamente es: escucha el mensaje y haz lo que ahí Dios te dice; déjame orar por ti. Y ahí termina la “consulta” como si fuera un paciente al cual se le receta algo para quitar el dolor.
Por otro lado, y me incluyo en todos estos escenarios, se acostumbraba que si alguien venía con broncas o a pedir ayuda, el pastor le asignaba la persona a su asistente, o en el mejor de los casos, al escuchar la situación , se le preguntaba a la persona si había leído su Biblia, y si respondía que no, pues se le mandaba a que tuviera su devocional (muchas veces sin saber si quiera qué es eso), y que orara, y se asumía que lo iba a hacer, pues porque básicamente la Palabra predicada desde el púlpito es suficiente y si hiciera caso la persona a lo que está escuchando desde el púlpito, o en su devocional, no tendría problemas.
Pero yo veo en los evangelios un Jesús que ciertamente predicaba a multitudes, pero también trataba con individuos y ministraba personalmente, haciendo preguntas para llegar al corazón de la situación (Jn. 4) y obrar para salvación o edificación. Aún con los discípulos había una interacción y tiempo para instruirles o estar con ellos, en que ellos aparte de la multitud podían preguntar y aprender (Marc. 10:10).
ALGUNAS PREGUNTAS
Por qué una iglesia local y sus líderes deberían procurar incorporar Consejería Bíblica a su contexto?
No será un distractor de la misión principal de la iglesia?
No debería de dejarse ese tema a profesionales que son entrenados/enseñados para lidiar con los problemas de la gente?
No es una especie de terapia? Por qué dar terapia en la iglesia?
Si la Palabra predicada es suficiente, por qué Consejería Bíblica debería de tener un papel funcional en el día a día de la iglesia?
Todas estas preguntas son dignas de respuesta. Procuraré envolver en 4 elementos la razón por la que la iglesia debe considerar Consejería Bíblica.
DEFINAMOS BIBLICAMENTE: ACONSEJAR
Antes de empezar, debemos definir algunos conceptos. La palabra “aconsejar” puede causar cierta distracción. Durante los últimos 100 años, esta palabra se ha asociado con terapia secular y expertos altamente entrenados/hábiles con prominentes grados académicos. Ellos se rigen por el gobierno o agencias nacionales que aseguran “las mejores prácticas” para las sesiones de ayuda. Pero el concepto de CONSEJO no nació por ellos.
Partamos de la obviedad de que Isa. 9:6 habla de que uno de los atributos de nuestro Dios es: CONSEJERO. Básicamente desde Gen. 3 vemos a Dios en una interacción con Adán en la que Dios hace preguntas específicas para tratar con el corazón y la situación.
Por otro lado, la palabra “consejo/aconsejar” es una palabra que se encuentra regularmente en la Biblia. Si vemos el Salmo 1:1-2 , se habla y usa la palabra “consejo”, y se da a entender en su original como: consejo, propósito o determinación.
El hombre hace y busca dar un sentido o propósito. Necesitamos y ofrecemos consejo. Si este es un aspecto de haber sido creado a la imagen de Dios, significa que para Dios el CONSEJO juega un rol importante del día a día del ser humano. En el salmo 1, esta distinción se presenta muy claramente. Con frecuencia recibimos consejo bueno o malo. Bajo la lupa de este Salmo, es imperativo que la iglesia se ocupe en el área de la “consejería”, para no sólo desde el púlpito, sino abajo del púlpito poder ministrar en base y desde TODO EL CONSEJO DE DIOS (Hechos 20:27), que según Cristo, apunta siempre hacia Él y Su evangelio.
2. TODOS SOMOS CONSEJEROS, la pregunta es: qué clase de consejero eres?
La realidad es que todos somos consejeros, empezando por nosotros mismos para nosotros. Los medios de comunicación, están repletos de CONSEJOS adoctrinando a una generación que ha crecido en un entorno en que al escuchar a alguien hablar de su problema, la otra parte de la conversación acostumbra decir: “bueno, no soy un experto del tema, PEEEERO esto es lo que pienso: …” ; aún en las iglesias, entre hermanos es común el externar circunstancias con las que uno está batallando y nunca falta el o la hermana que dice: deberías de… (y da su consejo).
El enfatizar el concepto de Consejería BÍBLICA, advierte a las personas sobre el riesgo de considerar consejo que no sea el de Dios, y estira a las personas con un llamado a servir, y ministrar a prepararse en el conocimiento de la Palabra para ser fieles consejeros, USANDO LA PALABRA DE DIOS ( 2 Tim. 2:16), primero en nuestra vida y luego en la exposición de la misma aterrizada a la necesidad del corazón de la persona.
3. Comunicamos a Dios, cumpliendo nuestra encomienda.
Como Cristianos, tenemos una misión. En Juan 17:18, Jesús dice: “Como tú me enviaste al mundo, yo los envío también al mundo.” Jesús vino en una valiente misión de misericordia a rescatarnos de nosotros mismos y restaurar todas las cosas. Lo hizo como el Hijo de Dios encarnado. Se hizo semejante a nosotros (Hebreos 2:17), pero limpio de pecado.
Cuando una iglesia se compromete a aconsejar personas, muestran que están dispuestos a acercarse a las trincheras de la vida diaria y amarles con la compasión con la que el Hijo Encarnado lo hizo. Muestran que el predicar la palabra, tan importante como suena, es sólo el principio del ministerio, no el principio y el fin. Si el ministerio de la Palabra no se conecta con los pecados y sufrimientos de las personas de una forma profunda y significativa, no es suficiente, y sería incapaz de reflejar al maravilloso y compasivo Dios de la Escritura. Una iglesia debería considerar la consejería Bíblica si quiere demostrar la compasión del Padre, Hijo y Espíritu.
En un entorno donde abundan mensajes de superación y humanismo, la iglesia debe hablar y mostrar el poder del Evangelio para atacar temas del día a día de las personas, ya que sabemos que el tema central no son las circunstancias, sino el corazón. (Mat. 12:35).
4. Es un recurso útil para evangelismo y desarrollo de líderes.
En Horizonte llevamos unos 3 años intencionalmente dirigiendo el concepto de Consejería Bíblica no sólo para edificación y un formato de discipulado personal, en pro de la integración de la persona al cuerpo de Cristo, sino como un recurso evangelístico.
Es sorprendente que gente que no acepta una invitación a la iglesia, al llegar a un punto crítico de su vida, hermanos de la iglesia, ya saben que pueden decir: “oye, ya probaste terapia, astrología, lectura de cartas, echarle ganas, superación personal, religión, etc… , sabes, en mi iglesia ofrecen consejería GRATUITA , por qué no consideras aprovechar eso? yo te puedo ayudar.” Y de repente tienes a un incrédulo clamando por esperanza, 1 hr sentado frente a ti, esperando que le presentes a Aquel que es poderoso para salvar. Y dentro de las próximas reuniones, una de las tareas es ir a un servicio en la semana, y traer 3 notas de lo que haya entendido que Dios le está diciendo en el sermón. Es maravilloso el que estás en el camino de hacer discípulos sencillamente por abrir una puerta más para que las personas puedan entrar a mecanismos que como iglesia dirigen siempre a Cristo y Su evangelio.
Por otro lado, en el desarrollo/pastoreo/formación de líderes, llámale consejería bíblica o cuidado del alma, o coaching en el evangelio, o como gustes, pero el formato de tener al discípulo 1 vez por semana en una reunión personal, interactuando con la Palabra aplicada a su vida, caminando junto con su pastor en Cristo, es uno de los formatos más eficaces y amorosos que he encontrado para formar líderes, hoy algunos de ellos ya son hasta pastores o miembros importantes en Horizonte u otras iglesias.
Así que NO ESTÁ PELEADA la consejería Bíblica con la suficiencia de la Palabra, por el contrario, todo buen y fiel consejero bíblico, debe saber y habitar en la Palabra para poder ministrar para gloria de Dios a las personas. Pero lo que hará la diferencia entre personas que digan: “ah sí, mi pastor es un buen maestro o predicador, pero no es un buen pastor”, será el genuino deseo de amar, discipular y entrenar personas para ACONSEJAR BÍBLICAMENTE abajo del púlpito, siendo transformados por el evangelio para vivir vidas que otros puedan ver y dar gloria a nuestro Dios (Mat. 5:16)
Bien lo dijo Lloyd-Jones: “Pase la mitad de mi vida diciendo a los cristianos que estudiaran doctrina, y la otra mitad diciéndoles que doctrina no es suficiente”.
Es por ello que la Consejería Bíblica más allá de una herramienta, para mí se ha vuelto esta combinación de doctrina con amor aplicada a la vida. No es una nueva tendencia, no es una moda, es sencillamente ponerle nombre a lo que de por sí Dios es: CONSEJERO, y poder estimular a las personas a que crezcan en Él, estando siempre preparados para presentar defensa ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros, pero HACEDLO CON MANSEDUMBRE y reverencia (1 Ped. 3:15b).
Agradezco a Dios por pastores que ya en Latinoamérica se está preparando para ello, en República Dominicana, Brasil, Ecuador, Colombia, y en mi hermoso México, están siendo más los que ven esta necesidad de no usar consejería sólo como manejo de crisis, sino como una herramienta más de la gran comisión que nuestro Rey nos encargó.
Kike Torres es pastor de Horizonte Querétaro en México ( www.Cristoesmejor.com ) predicador y evangelista; fundador de Magnificando Su Nombre y de la Escuela de Ministerio Calvary Chapel Querétaro , en donde sirve como maestro y consejero. Puedes encontrarlo en Twitter: @kikepastorres
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