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¿Cómo Entender el Revuelo en torno a la Salud Mental

  • Foto del escritor: CCB
    CCB
  • 23 may
  • 6 Min. de lectura

Actualizado: 1 jul

La salud natural a través del lente de la consejería bíblica.

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Vivo en una región de los Estados Unidos donde el cuidado holístico es fácilmente accesible y popular entre muchos cristianos. Numerosas personas buscan estos tratamientos alternativos para lidiar con luchas físicas, mentales y emocionales no deseadas. Más específicamente, un tipo de cuidado holístico conocido como naturopatía o salud natural se ha vuelto una alternativa popular libre de medicamentos para cuidar tanto las luchas físicas como emocionales. Los remedios de salud natural pueden incluir medicina homeopática, acupuntura, remedios herbales, cuidado quiropráctico y medicina naturista, etc. Similar a la consejería bíblica, la salud natural busca encontrar la raíz de las dolencias en lugar de simplemente eliminar los síntomas.


Muchos remedios naturales pueden funcionar con éxito para aliviar el sufrimiento físico de las personas, pero como muchas otras áreas de la vida, deben ser abordados con precaución y sabiduría bíblica. Este artículo no pretende amplificar los beneficios de la salud natural ni despreciarlos, ya que eso estaría fuera del verdadero alcance de nuestro trabajo como consejeros bíblicos. En cambio, el objetivo de esta discusión es considerar cómo nosotros, como consejeros bíblicos, debemos pensar acerca de los tratamientos de salud natural en relación con el bienestar y el cuidado de nuestros aconsejados.


Terapias y creencias comunes


Parece haber preguntas cada vez más frecuentes alrededor del tema de la salud natural y su utilidad y adecuación para los cristianos que buscan alivio de diversas dificultades mentales y emocionales. Entre algunos de los enfoques más comunes y aparentemente benignos de la sanación natural está reemplazar los medicamentos psicotrópicos con remedios naturales como hierbas, vitaminas o aceites esenciales para ayudar con síntomas relacionados con la depresión y la ansiedad. Otros aconsejados podrían buscar pruebas hormonales y tratamientos de equilibrio hormonal o suplementos con aminoácidos para regular el estado de ánimo. Más allá de estas formas más comunes de tratar los “trastornos psicológicos” de manera natural, existen otros tratamientos más dudosos o controvertidos que deben abordarse con escepticismo, ya que están influenciados por creencias religiosas orientales o de la Nueva Era.


Un área de investigación que se ha vuelto cada vez más popular y central en muchos enfoques de salud natural se conoce como el eje intestino-cerebro, una señal bidireccional entre el tracto gastrointestinal y el sistema nervioso central. Los estudios muestran que el intestino (sistema gastrointestinal) está intrincadamente conectado con el cerebro, lo que lleva a muchos a creer que cuando el intestino funciona mal, afecta negativamente la salud mental y emocional de una persona. Otras investigaciones señalan que un desequilibrio en las bacterias intestinales está asociado con la depresión y una mala salud intestinal, comprometiendo la producción de serotonina del cuerpo, lo cual se cree que se correlaciona con la depresión y la ansiedad. Sin embargo, es importante notar que una asociación entre dos factores no es lo mismo que un mecanismo causal. Si bien sabemos que los estrés físicos pueden afectar al hombre interior, es importante recordar que, como creyentes, no debemos adoptar teorías que reducen al hombre biológicamente a su cuerpo físico ni estudios que afirman causalidad cuando no está comprobada. Más importante aún, estas etiquetas psicológicas del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM) simplemente describen los síntomas que los individuos presentan; la nosología del DSM no identifica marcadores biológicos (es decir, no hay patología biológica subyacente a los diagnósticos). Por tanto, los consejeros bíblicos deben discernir entre asuntos físicos y asuntos inmateriales, y sopesar cuidadosamente las teorías e intervenciones seculares frente a lo que la Biblia nos enseña sobre el alma humana y nuestra experiencia con la desesperación, la ansiedad y otras dificultades relacionadas. Debemos recordar que el objetivo de estas teorías y tratamientos de salud es aliviar el sufrimiento del hombre exterior, sin una comprensión verdadera de que el hombre interior es la fuente primaria de todo lo que pensamos y hacemos.


No te distraigas


Hace algunos años, una aconsejada que sufría de ansiedad severa me preguntó qué pensaba sobre los tratamientos con ketamina que estaba recibiendo mientras yo la aconsejaba. Ella estaba entusiasmada por el alivio prometido que traerían. Lamentablemente, yo estaba desinformada y no tenía comentarios ni palabras de advertencia, y pronto estos tratamientos auxiliares se convirtieron en su enfoque y fuente de esperanza. Esta experiencia fue una advertencia para mí de que cualquier aconsejado que esté buscando ayuda y alivio para asuntos del alma fuera de la consejería bíblica puede desviarse fácilmente del proceso de consejería.


Como consejeros bíblicos, es importante que estemos informados y podamos entablar conversaciones fructíferas con nuestros aconsejados sobre las terapias naturales que puedan estar persiguiendo, sin permitir que estos temas nos distraigan de los asuntos principales. Esto puede parecerse a cómo abordamos a un aconsejado que toma medicamentos psicotrópicos. No permitas que el tiempo de consejería se vea confundido y enredado por demasiado enfoque en estos otros tratamientos. Ten cuidado de mantener el enfoque de tu tiempo con el aconsejado en lo que la Biblia dice acerca de su lucha particular, y permanece enfocado en su crecimiento espiritual. Ayúdalos a entender que la Biblia enseña que el corazón es la sede de nuestro comportamiento, pensamiento y emoción, y que el cuerpo nunca puede hacernos pecar (Lucas 6:43-45). Anima y exhorta a tu aconsejado con el verdadero objetivo de la consejería bíblica centrado en que aprenda a glorificar al Señor ya sea que su sufrimiento disminuya o no (1 Corintios 10:31; Romanos 8:28).


Pide a Dios sabiduría


Dado que nuestro hombre interior y nuestro hombre exterior se influencian mutuamente, es sabio pensar bíblicamente sobre los enfoques de salud natural que nuestros aconsejados pueden estar considerando para su salud física. En este sentido, debemos animar a nuestros aconsejados a pedir a Dios sabiduría sobre qué tratamientos deben evitarse y cuáles están dentro de los límites morales como cristianos (Santiago 1:5). También podemos ayudar a nuestros aconsejados a entender que buscar ser natural no es en sí mismo una virtud. Puede haber momentos en que la sabiduría y la confianza en Dios llamen a que aflojen sus estándares de salud y confíen en Su soberanía en lugar de su dieta o régimen de salud natural. Y aunque ser saludable es un buen deseo, debe ceder ante el deseo principal de agradar a Dios (2 Corintios 5:9).


¿Cuándo se convierte la salud en un ídolo?


La Biblia no promete que nuestro hombre exterior (cuerpo y mente) estará sano. En cambio, sabemos como cristianos que enfrentaremos diversas pruebas y dificultades en nuestra vida terrenal (Juan 16:33, NBLA). Hay cierto atractivo falso en la salud natural porque pone al paciente en el asiento del conductor, y a menudo no se detienen ante nada para encontrar el siguiente mejor remedio o cura. Sin embargo, como cualquier otra cosa, buscar salud y bienestar corporal puede convertirse en un ídolo en el corazón del que lo persigue (1 Timoteo 4:8). La salud natural puede engañarnos haciéndonos pensar que estamos eligiendo el mejor camino, el más puro, o el que Dios quiso, pero mientras tanto, puede servir para aumentar el control y un impulso hacia hacer del resultado saludable la cosa más importante. Esta búsqueda puede rápidamente y engañosamente apartar a una persona del enfoque en la salud de su alma. Debemos recordar que, a pesar de nuestros esfuerzos por el bienestar corporal, nuestra salud está en manos de Dios, y Él es soberano sobre los resultados (Salmo 135:6; Proverbios 16:33). Afortunadamente, podemos aferrarnos a la promesa de que, mientras nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior se renueva de día en día (2 Corintios 4:16).


¿Cuál es nuestro objetivo y llamado final?


Como cristianos, podemos perder el equilibrio en lo que se convierte en nuestra meta y llamado en la vida. ¿Es nuestro objetivo final aliviar nuestro sufrimiento terrenal y vivir una vida libre de síntomas, o confiamos y creemos que Dios puede usar todo lo que aqueja nuestros cuerpos y angustia nuestras almas para cumplir Su perfecto plan para nuestras vidas? Si realmente creemos que hemos sido creados por medio de Él y para Él (Colosenses 1:16), entonces nuestros propósitos y motivaciones cambian y comenzamos a ver que la salud perfecta no es el objetivo final, sino ser cambiados y conformados más a nuestro Salvador y darle gloria. A medida que aprendemos a estar contentos en la abundancia o en la necesidad (Filipenses 4:12), Él recibe la gloria, y Él hace que todas las cosas cooperen para nuestro bien y Sus propósitos (Romanos 8:28). Nuestra esperanza última no está en la salud corporal aquí en la tierra, sino en la promesa de un cuerpo glorificado y una adoración perfecta a nuestro Salvador en el cielo (Apocalipsis 21:4).


Acerca del Autor

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Cody Newcome es esposa y madre adoptiva de tres hijos. Es consejera certificada por el ACBC y sirve como consejera en su iglesia local en Littleton, Colorado.

Traducción de: Natalia Guerrero

 
 
 
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