top of page

Ustedes, pues, oren de esta manera

  • Foto del escritor: CCB
    CCB
  • 17 sept
  • 5 Min. de lectura

Seis principios de oración. Entender cómo ora Jesús nos conduce hacia una vida de oración más íntima, centrada en Dios y robusta.


ree

Cuando aconsejo a cristianos que enfrentan diversos desafíos, a menudo encuentro vidas de oración débiles.


En Mateo 6:9-13, Jesús provee a Sus discípulos con un plano para una oración efectiva. Esto no es una fórmula espiritual para obtener respuestas ni un pequeño discurso para captar el oído de Dios. Más bien, Jesús da un ejemplo sencillo del tipo de oración que a Dios le agrada escuchar. Esta instrucción puede ser un salvavidas para aquellos a quienes aconsejamos, ayudándoles a acercarse a Dios mientras enfrentan diferentes pecados y sufrimientos en esta vida.


Exploraremos seis fundamentos de Mateo 6 que nos ayudarán a perseguir una vida de oración más piadosa.


Primero, Enfócate en tu Relación (v. 9a)


“Oren, pues, de esta manera: Padre nuestro que estás en los cielos.” Como un buen padre, Dios invita a Sus hijos a una relación genuina. Él quiere que los cristianos se acerquen a Él, confiando en que es amoroso y accesible.

Podemos ser tentados a orar por las razones equivocadas. Quizá a seguir una rutina donde decimos lo correcto para manipular a Dios y garantizar que recibamos lo que pedimos (v. 7). Tales motivos no agradan a Dios. En cambio, Dios quiere que vengas a Él como un niño que confía en su padre fuerte y cuidadoso, que escucha y provee para su familia.


Segundo, Celebra el Carácter de Dios (v. 9b)


“Santificado sea Tu nombre.” El inicio de la oración de Cristo se centra en el valor único de Dios. Dios es santo. Esto significa que está apartado, por encima de todo, y es digno de la más alta alabanza.

Esto nos instruye: la oración es primero acerca de Dios, no de ti. Por tanto, tus oraciones deben incluir un enfoque intencional en celebrar a Dios. Por ejemplo: “¡Dios, sobre todo lo demás que pido, haz grande Tu nombre!”.

Yo tiendo a orar con cargas y peticiones al frente de mi mente. Hay un lugar para esto (1 Pedro 5:7), pero la práctica de alabar a Dios coloca nuestras circunstancias diarias dentro del panorama mayor de Su gobierno y reinado. Cuando solo vemos la montaña de problemas frente a nosotros, nos perdemos del sol radiante de la grandeza de Dios.


Algunas maneras de construir este hábito de alabanza a Dios:


  • Identifica la mano de Dios en un desafío actual. Reconoce Su sabiduría, cuidado y tiempo en donde te ha colocado.

  • Haz una lista de gratitud. Recordar la fidelidad pasada de Dios (ejemplo: Salmo 136) fortalece tu fe.

  • Escucha música de adoración. Llena tu mente de alabanzas que despierten tu corazón a glorificar a Dios.


Tercero, Reenfoca tus Prioridades (v. 10)


“Venga Tu reino. Hágase Tu voluntad, así en la tierra como en el cielo.”

Tendemos a levantarnos enfocados en nuestros planes: “Venga mi reino; hágase mi voluntad.” Esto produce ansiedad e irritabilidad cuando tratamos de controlar nuestro pequeño reino.

El enfoque aquí es en el reinado y propósitos de Dios siendo cumplidos en el mundo. Esto nos ayuda a pausar nuestros deseos, someterlos humildemente y reenfocar nuestras prioridades en Su agenda. Él es el Señor de nuestro día.

Piensa en el ejemplo de Jesús en el camino a la cruz, cuando cayó sobre Su rostro y oró: “Padre Mío, si es posible, que pase de Mí esta copa; pero no sea como Yo quiero, sino como Tú quieras” (Mateo 26:39).


Cuarto, Haz Peticiones (v. 11)


“El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.”

Jesús se preocupa por nuestras necesidades e invita a traer nuestras cargas diarias delante de Dios. ¿Con qué necesitas ayuda de Dios hoy? Puede ser una necesidad espiritual o física:

  • paciencia con un bebé inquieto,

  • sabiduría con un compañero de trabajo difícil,

  • provisión económica tras problemas en el coche,

  • valentía para compartir el evangelio con un vecino.

Necesitamos Su ayuda y poder cada día. Él nos invita a pedir.


Quinto, Confiesa tus Pecados (v. 12a)


“Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores.”

Debemos confesar nuestros pecados constantemente. Los cristianos somos llamados a andar en la luz y a matar los deseos y hábitos pecaminosos. Podemos hacerlo con esperanza, sabiendo que por la sangre de Cristo, Dios es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad (1 Juan 1:9).

Haz de la confesión un ritmo en tu vida:


He hecho mal al…

Me he dejado gobernar por mi amor a…

Por favor, perdóname por…


La oración de Jesús asume que, cuando buscas el perdón de Dios, también evalúas si debes perdonar a alguien más. La Biblia enseña que cuando comprendemos el perdón inmenso que hemos recibido en Cristo, estaremos motivados a extender perdón a los demás (Efesios 4:32; Mateo 18:21-35).


Sexto, Habla con Dios sobre tus Dificultades (v. 13)


“Y no nos metas en tentación, sino líbranos del mal.”

¿Significa esto que Dios nos incita a pecar? No. Dios nunca tienta a nadie (Santiago 1:13). Pero sí prueba a los cristianos (1 Pedro 1:6-7).

Esta oración reconoce nuestras tendencias pecaminosas y las artimañas del diablo, y entonces nos lleva a clamar a nuestro poderoso Dios por ayuda para obedecer.

Hazte estas preguntas en oración:


  • ¿Qué situaciones enfrento?

  • ¿Cómo soy tentado a reaccionar mal?

  • ¿Dónde lucho por obedecer?

  • ¿Qué deseos pueden dominarme?


Identifícalos y conviértelos en oración constante. Mira tus pruebas como una oportunidad para aprender a buscar la gracia de Dios en tu necesidad (Hebreos 4:16).


Cómo este Marco me ha Ayudado


Personalmente he sido bendecido al usar esta lista como recordatorio de en qué enfocar mis oraciones. Me recuerda qué tipo de oración refleja la comunicación que Jesús quiere que tengamos con Dios.

Así que ven. Pide. Llama. Comparte. Descarga tus cargas. Tu Padre celestial quiere escucharte.

Recurso Adicional:

Tarea sobre Mateo 6:9-13


  1. Enfócate en tu Relación

“Padre nuestro que estás en los cielos.”

Dios es una persona con quien hablar, no una teoría que contemplar.


  1. Celebra el Carácter de Dios

“Santificado sea Tu nombre.”

La oración es primero acerca de Dios. Reconoce Su grandeza, sabiduría, poder y justicia.


  1. Reenfoca tus Prioridades

“Venga Tu reino. Hágase Tu voluntad.”

Somete tus deseos, confiesa motivos egoístas, y pide ayuda para agradarle hoy.


  1. Haz Peticiones

“El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.”

Pide por tus necesidades espirituales y físicas.


  1. Confiesa tus Pecados

“Y perdónanos nuestras deudas…”

Confiesa tus pecados, pide perdón en fe y gracia para cambiar.


  1. Habla con Dios sobre tus Dificultades

“No nos metas en tentación, sino líbranos del mal.”

Descarga tus cargas en Él.


Acerca del Autor

ree

Taron Defevers es el Director de Comunicaciones en la Primera Iglesia Bautista de Jacksonville.

Traducción de: Natalia Guerrero

 
 
 

Comentarios


bottom of page