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El amor de una madre comunica el corazón de Padre. Una reflexión del día de las madres.



Cuándo una imagen maternal te ayuda a confiar en Dios


“¿Puede una mujer olvidar a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Aunque ella se olvidara, Yo no te olvidaré. En las palmas de Mis manos, te he grabado; Tus muros están constantemente delante de Mí”.


Isaías 49:15-16 NBLA


Nuestras experiencias en este mundo siempre han tenido el propósito de ayudarnos a entender a Dios, y Su manera de ser en las relaciones. Aunque nunca pueden sustituir a Dios mismo, deben apuntarnos hacia Él más allá de nosotros. (Romanos 1:18-20); la creación visible revela Su carácter y Su estilo de relacionarse; con el fin de que nosotros podamos aprender a confiar en Él, incluso cuando no podemos verlo.


Observa la manera en que Él responde ante el miedo y la ansiedad de las personas, cuando se preocupan porque creen que Dios los ha abandonado o se ha olvidado de ellos (Isaías 49:15). ¿Cómo podría una mamá olvidar a su bebé? Tendría que ser algo increíblemente apremiante para que ella lo olvidara.


Hace muchos años, un amigo me invitó a su casa en el centro de la ciudad. Mientras me mostraba alrededor, descubrió a su hermano pequeño en la sala, estaba escondido debajo de una montaña de sábanas, porque su mamá estaba corriendo por las calles en busca de algo. Las drogas dejaron a su bebé y sus necesidades fuera de su mente. Tristemente, sí es posible que suceda.


Sin embargo, el pasaje en Isaías va mas allá de dicho olvido. En el escenario de Isaías el bebé está activamente siendo amamantado; tomando alimento de su mamá, activando todo tipo de sentimientos agradables en ella, emitiendo bondad y quitando la presión que se ha estado construyendo en su cuerpo desde la última vez que ella lo amamantó. ¿Cómo es que pudieras ignorar lo que en ese momento está sucediendo? No podrías.


En otras palabras, Dios te está invitando a concluir, “¡Wow! Si un ser humano imperfecto puede ser así de bueno, entonces ¿cuánto mejor debe ser Dios? Si una mamá físicamente no podría olvidar a su bebé, entonces seguramente Dios no puede olvidarme a mí”.


Dios está invitándote a acercarte en base a tu experiencia de vivir en su mundo físico y visible; con el fin de entender mejor acerca de Él mismo, que no es visible ni físico. Nuestras experiencias de la revelación de Él mismo en este mundo, aunque no estén basadas en la Escritura, pueden ser valiosas para ver y apreciar la naturaleza de Dios. Pueden ayudarnos a aprender a confiar en Él.


Cuándo una imagen maternal se interpone en el camino de confiar en Dios


Sin embargo, nuestras experiencias también pueden interponerse en el camino. Este mundo y todos los que estamos en él no funcionamos cómo Dios lo diseñó originalmente. Eso significa que muchas veces podemos tener una lección equivocada de nuestras madres y relacionar esa experiencia equivocada con Dios y Su carácter. Cuando hacemos eso, convertimos a Dios en una persona peligrosa y que no es digna de confianza, de la cual sería sabio cuidarte.


Su creación más cercana debía imitarlo a Él, entre más grande es la distorsión, más se interpone en el camino de conocerlo. Percibir de manera equivocada a un árbol no corrompe mi entendimiento de Dios, pero no tiene la misma extensión tener un mal entendimiento de una relación de padres.


Aquí está la gracia de Dios nuevamente: Dios entiende la distorsión que yo puedo tener y la aborda directamente para corregir el problema. Incluso si una madre se olvidara, dice Dios, Él no puede olvidar.


Así que para convencernos de esta absoluta imposibilidad de perdernos de vista, Él cambia la metáfora a perforaciones del cuerpo. Él grabó tu nombre en Él mismo. Él ahora lleva una memoria de ti en Su cuerpo. Él te hizo parte de Él mismo. Él no puede olvidarte.


Si piensas que esta es una simple metáfora, considera a Cristo resucitado. Cuando Él se le aparece a sus amigos, el invita a Tomás a meter sus dedos en los hoyos de los clavos que todavía están presentes en sus manos, en las cicatrices que Él conscientemente tomó para reclamarte como Suyo. Esas cicatrices llevan tu nombre. Cuando Él se ve así mismo, le es imposible olvidarte. Dios voluntariamente se ha tatuado por la eternidad. Él te recuerda.


El estilo de relacionarse de Dios al abordar los temores


Él no puede olvidarte y mientras tú consideras la forma en que Él interactúa contigo; lleno de gracia y bondad, te das cuenta que es algo bueno ser recordado por Él. Observa las diferentes formas en que Él se acerca a las personas cuando están asustadas:


▪ No te regaña por estar atemorizado; no te deja atrapado en tu miedo.

▪ Él comienza una conversación contigo para platicar acerca de tu temor.

▪ Él nombra al miedo en voz alta para que sepas que te entiende.

▪ Usa palabras para convencerte de que Él no hará lo que temes que haga.

▪ No se queda en palabras, sino que las acompaña de acciones que nadie más puede igualar. Entonces te muestra los pasos extremos que Él ha tomado para poder abordar tus temores, incluso antes de que los hayas expresado.


Cuando ves el estilo de Dios de relacionarse, te das cuenta de que este es un Dios que quieres que te recuerde, por qué Él es tan bueno en sus relaciones.


Preguntas para reflexionar


1. ¿Cómo es que tus experiencias de haber sido cuidado por tu mamá te han dado un pequeño entendimiento positivo de cómo es Dios en su relación contigo?

2. ¿Cómo es que tus experiencias de una mamá humana han confundido tu sentido de cómo es que Dios se relaciona contigo?

3. ¿Cómo es que lo que hizo Jesús en la cruz te ayuda a corregir tus malas interpretaciones y distorsiones de quién es Dios?

4. ¿Cómo es que la manera en que Dios se dirige a tus preocupaciones y se compromete a ayudarte refuerza tus experiencias positivas mientras que aclara las negativas?



Nota del autor: Los pensamientos en este blog fueron desarrollados del día 269 del libro Gracia a través de los tiempos: Devocional de un año ilustrando la inquebrantable gracia y amor de Dios. 2012 por William P. Smith.


 

Sobre el autor


Bill Smith es el pastor principal de alabanza en la iglesia Bautista Chelten en Dresher, Pensilvania, donde aconseja, predica, enseña y ayuda a coordinar el staff del centro de consejería. Obtuvo su Maestría en Divinidades con énfasis en Consejería del Seminario Teológico Westminster y su Doctorado de la Universidad Rutgers. Ha enseñado en la Fundación Educacional de Consejería Cristiana y ha servido como el Editor Asociado del diario de Consejería Bíblica. Él es el autor de varios libros, incluyendo Amando Bien. Bill está casado con Sally y son padres de dos hijos y una hija. También sirvió en el Consejo de la Coalición de Consejería Bíblica por varios años.




Traducido por: Nelly Padilla / Mariana Robles

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