Joyce estaba más que emocionada, cuando recibió la noticia de que su hijo finalmente se iba a casar. Él había estado saliendo con Judy por varios años, y Joyce había crecido en su amor por ella. Habiendo tenido solamente hijos, siempre había fantaseado acerca de tener una nuera algún día, dándole la bienvenida a una mujer a la familia y haciendo cosas de “mujeres” con ella. Joyce había orado a lo largo de la vida de su hijo para que él se casara con una mujer que fuera como una hija para ella. Finalmente, se habían comprometido y luego casado. Ahora, con casi un año de matrimonio, Joyce aún no obtiene la Amistad que esperaba tener con su nuera. La nueva esposa de su hijo no parece tener interés en desarrollar una relación con ella, y ella está muy decepcionada. Por la amarga decepción de Joyce, una distancia fría se ha establecido entre todos ellos. No solo Joyce no obtuvo la hija que ella esperaba, ahora parece que también ha perdido a su hijo. Joyce está decepcionada.
Judy nunca tuvo mucha relación con su madre. Ella no era una madre muy afectuosa, y a menudo parecía desaprobar las cosas que Judy hacía y las decisiones que tomaba. Su mama falleció hace un par de años, y después de su compromiso con su novio de largo tiempo, ella esperaba desarrollar una relación de madre-hija con la madre de él, Joyce. Antes de que ellos se casaran, Joyce era placentera y agradable, sin embargo, desde el matrimonio hace un año, Joyce se ha vuelto más demandante del tiempo de ellos, apareciéndose de repente “solo para decir hola” y quedándose mucho tiempo. Ella está constantemente enviándole textos a Judy, pidiéndole salir a tomar café e ir de compras, y Judy ha comenzado a estar irritada por las insinuaciones de culpabilidad que Joyce trata de darle cuando ella dice que no. De hecho, ella ha comenzado a ignorar los textos y las llamadas de Joyce porque no puede con la demanda. Judy realmente quería una figura materna en su vida, pero ahora parece que no va a ser Joyce. Judy está decepcionada.
Cuando no obtenemos lo que queremos nos decepcionamos.
Joyce y Judy son personajes ficticios, pero quizá su historia es algo como la tuya. Como ellas, tú tenías expectativas altas de que algo que querías, finalmente sucedería y no funcionó de la manera en que esperabas. Hay tantas historias como la de Joyce y Judy, como personas que hay. Y todos tienen una cosa en común: Expectativas.
Vamos a hablar de Joyce. ¿Qué esperaba ella? Ella esperaba que su nuera quisiera lo que ella quería. Joyce esperaba una relación que había imaginado en su mente. Pero nunca había considerado seriamente la posibilidad. Ella quería lo que ella quería, y cuando no lo obtuvo, se decepcionó. Mientras que las expectativas y la esperanza de Joyce no son necesariamente anti- bíblicas, siguen siendo problemáticas, porque no permitieron la soberanía de Dios. Mientras Joyce esperó y oró por su futura nuera, no permitió lo que Dios quería – o no quería que fuera la relación.
¿Y qué acerca de Judy? Al no tener ninguna relación con su madre, podemos entender su esperanza por tener una cercanía con Joyce. Durante los días que salieron con su novio, la madre de él parecía ser la candidata perfecta para llenar el espacio que su madre había dejado en su vida. Ella esperaba que su relación continuara – aun, quizá que se profundizara– después de que ellos se casaran. Ella estaba aterrada por las demandas que Joyce quería poner sobre el tiempo de ella, y la sutil manipulación que comenzó a suceder después de la boda. Las expectativas de Judy eran entendibles, pero ella dejó por fuera el elemento más importante de esperanza – Jesucristo, y Su voluntad para las relaciones; ella esperaba algo que no se le había prometido.
Muchas veces esperamos algo que no se nos ha prometido.
Esto es exactamente lo que sucedió con la gente de los días de Jesús. Ellos basaron sus expectativas en lo que ellos querían, no en lo que las escrituras les decían. A ellos se les había dicho que esperaran un Salvador, pero en sus mentes, Él venía a salvarlos de las pruebas terrenales, no de sus propios pecados.
Oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una parábola, por cuanto estaba cerca de Jerusalén, y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente. (Lucas 19:11)
“Ellos pensaban” ¿En qué basaron su presuposición? Habían muchas profecías mesiánicas en el Antiguo testamento, de las cuales los Judíos – líderes - estarían completamente consientes. Entonces, ¿por qué pensaron que sería un rey terrenal en lugar de un Salvador celestial? No soy una gran teóloga, pero me parece a mí que sus corazones los engañaron. Ellos no querían pensar acerca de la esclavitud espiritual de su pecado, o de su necesidad de libertad del mismo. Ellos estaban siendo consumidos con su esclavitud temporal al gobierno, y ellos querían que alguien los libertara de eso. Ellos estaban pensando en ellos mismos, sus circunstancias y sus deseos.
Estas son las mismas cosas en las que Joyce y Judy están pensando: ellas mismas, sus circunstancias y sus deseos. Ellas están permitiendo que lo que está sucediendo en sus vidas—sus circunstancias—informen su actitud en lugar de informar la perspectiva de sus circunstancias en lo que Dios ha, y no ha prometido. Entonces, ¿cómo se vería la relación de Joyce y Judy si ambas tuvieran expectativas que se alinean con la Escritura? Hablaremos de eso en la segunda parte, y veremos algunas maneras en las que Joyce y Judy pueden comenzar a construir una relación basada en expectativas bíblicas, para la gloria de Dios.
Suzanne Holland es consejera certificada por IABC / ACBC en Kansas City, Missouri. Ella sirve en Reigning Grace Counseling Center como consejera y también como coordinadora del programa de capacitación en línea. Está casada con John, quien administra el lado técnico del Programa en línea. Tienen dos hijos adultos y un nido recientemente vaciado.
TRADUCIDO POR: Martha Velazquez
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