Nunca planeé pastorear "adictos". Como joven pastor recién egresado del seminario, no solo no tenía experiencia con el abuso de sustancias, sino que tampoco conocía a nadie que tuviera un problema similar. Entonces Dios me sumergió en este ministerio. Me encontré como el pastor de una iglesia recién establecida compuesta principalmente por hombres y mujeres en rehabilitación de drogas y alcohol. Fue el ministerio de: "¡Dios, no sé lo que estoy haciendo!" Realmente fue frustrante para mí, pero también me abrió los ojos a un serio problema.
Dios tiene mucho que decir en su Palabra acerca de las adicciones.
En los últimos ocho años, Dios me ha brindado oportunidades cada vez mayores para trabajar con quienes tienen diversidad de hábitos adictivos: pornografía, comida, compras, videojuegos y abuso de sustancias (por nombrar algunos). Mi carga es ayudar, y Dios se ha complacido en enseñarme muchas cosas. Algunas cosas quiero compartir contigo y otras Dios te enseñará de forma personal, mientras caminas con Él.
Lo que debes saber para combatir exitosamente tu propia adicción es que Dios tiene mucho que decir en su Palabra acerca de las adicciones. Tal vez eso te sorprenda. Después de todo, si haces una búsqueda de palabras, no encontrarás una sola referencia a la palabra adicción. Esta falta de evidencia bíblica hace que algunos desechen la relevancia de las Escrituras para este tema, pero si lees atentamente, la Biblia tiene mucho que decir acerca de las adicciones. No encontrarás alcohólicos o adictos en la Biblia, ni leerás sobre adictos al sexo, adictos a la comida, adictos al juego o adictos a los narcóticos; leerás sobre idólatras y borrachos. La Biblia no usa nuestras modernas etiquetas psicológicas o términos aprobados por el Manual de Trastornos Mentales, pero tiene su propia manera de discutir estos mismos temas.
La Biblia no usa nuestras modernas etiquetas psicológicas o términos aprobados por el Manual de Trastornos Mentales, pero tiene su propia manera de discutir estos mismos temas.
En nuestro contexto existen dos formas dominantes de hablar sobre la naturaleza de la adicción: la adicción como una enfermedad o como una elección. Ya sea que la adicción está fuera de control y es el resultado de un trastorno cerebral, o la adicción es completamente una elección y, para salir de ella, simplemente se necesita elegir de manera diferente. Por supuesto, la experiencia de los adictos nos dice algo más. Nos dice que las adicciones navegan por un terreno único entre la voluntad y la enfermedad. Siendo responsable de nuestras elecciones pero también esclavos de ellas. Sasha no quiere ir a casa y tomarse una botella entera de whisky, pero sabe que lo hará. Jeff intenta dejar de comer después de solo dos galletas, pero una vez que comienza, siente que no puede detenerse.
La Biblia reconoce esta realidad cuando discute la doctrina del pecado. Porque somos al mismo tiempo pecadores por elección y pecadores desde el nacimiento. Somos ambos, somos pecadores en acción y pecadores en nuestra naturaleza. Si esta noticia parece frustrante, entonces debes recordar el resto de la historia: ¡Dios tiene una solución para el pecado!
¡Dios tiene una solución para el pecado!, JESÚS.
Mi amigo Brad ha estado sobrio desde hace catorce años. Cuando le pregunté cómo lo había hecho, su respuesta me dio una muestra de su transformación. "Jesús hizo la diferencia", dijo. Tal respuesta es lo que hace que Brad sea un sabio consejero para otros adictos, pero no es el único. La misma respuesta vino de Brandon, después de compartir cómo había superado la pornografía, y de Sarah, quien superó un trastorno alimenticio, y de Cathy, quien dejó de cortarse. Todos señalaron a Jesús.
En el proceso de luchar contra sus hábitos adictivos, Brad, Brandon, Sarah y Cathy habían hecho muchas cosas para cambiar. Habían trabajado duro, se habían apartado del pecado, habían estado rindiendo cuentas y habían reestructurado sus vidas para resistir la tentación. Al final del día, sin embargo, todos atribuyeron su "recuperación" a Jesús. Él es la clave. El evangelio puede transformar la vida de cualquier adicto. Jesús hará la diferencia en tu batalla contra los hábitos adictivos. Cualquiera que sea tu hábito, cualquiera que sea tu lucha, Jesús puede transformar tu vida. Necesitas a Jesús, y eso es verdad incluso si eres cristiano. Como creyente, necesitarás recordar constantemente el evangelio y el amor de Dios por ti. Ese recordatorio diario de la verdad nos mantiene motivados y orientados en la dirección correcta.
El evangelio puede transformar la vida de cualquier adicto.
Demasiados cristianos piensan en el evangelio como un mensaje que creyeron una vez, en el momento de la conversión antes de pasar a asuntos más importantes y significativos. Esto es especialmente cierto cuando pensamos en hábitos adictivos. Fácilmente podemos llegar a estar tan agotados con las siguientes cosas que hacer y adherirnos a la sabiduría del mundo, que olvidamos que el poder de Dios produce cambios. El evangelio es el poder de Dios para la salvación (Romanos 1:16), necesitamos recordarlo, meditarlo, ser inspirados, ser motivados por él, y vivir en él. Necesitas recordarte cuánto necesitas la ayuda de Dios para cambiar y cuánto se deleita Dios en ayudarte a cambiar. Cuanto más tiempo pases con Dios meditando en el evangelio, más poder tendrás para luchar en cambiar tus hábitos adictivos.
Hay mucho trabajo por delante mi amigo. No quiero que seas ingenuo acerca de lo difícil del cambio. Este artículo no te otorgará la victoria sobre el pecado y la adicción en tu vida. Debes buscar a otros, un discípulo piadoso, un pastor sabio y un consejero bíblico, que puedan caminar junto a ti y te ayude a luchar con tu propio corazón. Esto es simplemente una herramienta entre muchas que puede ser un recurso para motivarte a cambiar.
Dios se deleita en ayudarte a cambiar.
Mientras lees, clama a Dios por discernimiento y sabiduría. Santiago 1:5 nos dice que " Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y Él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie." (NVI). ¿Le pedirías a Dios que te conceda sabiduría para conocerte a ti mismo y conocerlo mejor? Necesitas ayuda, y Dios se deleita en darla. El cambio es posible, porque Dios está en el negocio de transformarte (Fil. 1: 6).
Dave Dunham es pastor de consejería y discipulado en la Iglesia Bautista Cornerstone en Roseville, MI. Se graduó en el Seminario Teológico Bautista del Sur (M.Div.).
Traducido por: Gryndi Evia
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